sábado, 10 de junio de 2017

La sabia lechuza

Con cansancio y desgana
me esfuerzo por encontrar las palabras
en medio de este vacío tan ensordecedor
de tu ausencia
de mi ausencia
de esta congoja silenciosa
y solitaria
y la paradoja
de sentirme afortunada
No quiero quedarme a solas
porque entonces viene de golpe
todo tu ingrávido peso
y el murmullo
de las erinias
Un nudo se me encoge
en la garganta
quiero huir hacia adelante
que todo sea más sencillo
observar
mi personalidad
convertida en llamas
y acabar de madrugada
en medio de mis propias brasas.
No puedo pedir nada,
no puedo pedirte nada
sólo puedo sentir esta tristeza
de un amor dulce
que nunca llegó a ser del todo
que nunca murió del todo
que ha vivido a la espera
de un mañana mejor
que nunca llegaría
Y quisiera tener la fuerza
que entre los dos nunca tuvimos
ya no sé si para seguir sola mi camino
o para haber podido, contigo y conmigo
La sabia lechuza pulula
a altas horas de la noche
ella quiere que florezca
entre las acacias y las moras
que beba del dulce néctar
de la uva y la juventud
mientras siento
que habito un cuerpo
 que no es mío
y un alma
que no me reconoce
Entre libros y vinos me paseo
entre andares y risas me contemplo
y tu sombra
siempre está conmigo
no quiero que este poema se acabe
porque todavía no concibo
que nos hayamos despedido.




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